Shaikai

lunes, enero 22, 2007

Entrega especial: Por qué el árabe no aparecerá en la lista de las 100 lenguas más habladas

La SIL habla de macrolenguas. ¿Qué quiere decir esto? Nos referimos a grandes entidades que incluyen variantes lingüísticas distintas entre sí, pero tratadas por sus hablantes como variantes de la misma lengua. El quechua, aymara y serbo-croata son considerados como macrolenguas. Tal es el caso también del árabe. Pues bien, en nuestra lista de las 100 más habladas, ciñéndose a los criterios del Ethnologue, el árabe no es tratado como una lengua individual. En cambio sí veremos diez de sus variantes. La razón principal para ajustarme a estos criterios del Ethnologue, fuera de que éste es una autoridad, es que las distintas lenguas árabes son lenguas maternas, esto es, idiomas que la gente aprende a hablar desde la niñez; en cambio, el árabe estándar no es la lengua materna de nadie, sino que se debe aprender en las escuelas.


Pensemos un poco en el asunto de las macrolenguas. Muchas veces resulta fácil distinguir unas lenguas de otras; nadie dudará que el japonés es distinto del francés, por ejemplo. Ni siquiera dudamos que el francés sea distinto del español. Pero varios casos son controversiales. ¿Constituyen el serbio y el croata variantes de una misma lengua o lenguas distintas? ¿Qué tan distintas deben ser dos variantes lingüísticas para ser consideradas lenguas diferentes?


Hay un criterio que me parece muy conveniente y al que ya se ha apelado antes: la inteligibilidad entre los grupos de hablantes. Si dos grupos de hablantes no pueden entenderse entre sí, hablan dos lenguas diferentes. Trataré de formular esto con más claridad. Digamos que tenemos dos grupos tales que al interior de cada uno la comunicación es fluida. De cada uno seleccionamos una persona al azar y las ponemos a comunicarse entre sí, con la condición de que sólo utilicen su habla materna; entonces miramos si son capaces de comunicarse con fluidez. Podemos repetir el experimento muchas veces escogiendo varias parejas al azar. Si al final resulta que la comunicación no fue posible o no fue nada fluida, las dos comunidades escogidas representan dos lenguas diferentes.


Ahora bien, aunque de hecho esta aclaración puede refinarse hasta permitirnos diseñar un experimento para descubrir fronteras entre lenguas, no deja de ser imprecisa. ¿Hasta qué punto la comunicación entre dos personas es fluida? ¿No será que hay grados de fluidez? Cabe la posibilidad lógica de que así sea, y con ello también es posible que las lenguas no siempre se distingan entre sí de manera clara. Podría pasar, por ejemplo, que dos variantes de una misma lengua se vayan distanciando entre sí poco a poco hasta que algún día no puede negarse que se han convertido en lenguas diferentes. Pero como el proceso sea gradual, ¡habrá un período entre la época de la unidad y la separación definitiva en el que no se puede determinar tajantemente que lo sean o no!


¿Qué debemos decir del árabe?, ¿es una lengua, una 'macrolengua' o una familia de lenguas diferentes? Lo especial en este caso es una situación llamada diglosia: hay distintas variantes coloquiales de la lengua (o lo que sea), pero también hay una considerada estándar que todos los hablantes deben aprender en las escuelas si quieren acceder a buenos empleos o a la universidad. Hay, pues, un árabe estándar, que es norma general en colegios, universidades, televisión y medios impresos. Mientras tanto, las variantes coloquiales son lenguas maternas de las personas y algunas de ellas se utilizan en películas, libros, etc.


La primera lengua árabe de la que hablaremos será el árabe Sanaani (97), hablado principalmente en Yemen.


Fuentes y lecturas complementarias


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