Shaikai

sábado, agosto 05, 2006

Un comienzo nuevo

Bueno, vuelven las clases después de unas cortísimas vacaciones en la Universidad Nacional. Vengo de un anterior semestre en que simplemente me dejé caer al piso, me desmotivé, me sentí especialmente aburrido y cansado de darle vuelta a temas filosóficos que simplemente no me interesan, no tienen sentido para mí. Lo que tuvo una incidencia significativa en las calificaciones, aunque ciertamente pudo haber sido peor.

Ahora resulta que buena parte de las materias que me interesan no puedo verlas (hace falta aclarar a los no-nachos que nuestra carrera de Filosofía es tan flexible que uno puede escoger la mayoría de las materias a partir de una serie de opciones disponibles y según un cierto esquema); me falta un seminario de filosofía antigua por ver y el único que me llamaba algo la atención fue el único que se llenó rápido. ¡Qué chafa! Pues toca meter uno ahí sobre Platón que no es tan malo porque, según dicen las malas lenguas, trata sobre ética; ojalá. Y para colmo de males, ahora que sí tengo oportunidad de ver algo relacionado con Husserl, un autor que me interesa mucho de veras, resulta que se cruza con mis clases de chino en una hora; bueno, al menos no totalmente. Mi suerte en este caso es que el idioma es aparte de las materias de la carrera, entonces el sistema no detecta el cruce de horarios y no lo prohibe. Me tocaría llegar a un acuerdo con la profesora de chino para poder ver las dos cosas a la vez; espero que lo acepte. ¡Porque ya es el colmo que saquen tantas materias de lo que no quiero saber como para que ahora no pueda ver lo que sí quiero saber! ¡Faltaba más, vida hijuemadre!

No quiero que la desmotivación y el enojo me hagan fallar en el que sería mi último semestre de materias antes de la tesis; no. Sentiría que fracasé en sacar adelante esta carrera. ¿Empiezo muy bien y termino regular? No, no me parece. Tocará concentrarse en estudiar, luchar a muerte contra las fuerzas oscuras que me obligan a estudiar lo que me vale güevo y hacer cosas que me hagan sentir orgulloso de mí mismo. Ah, claro: y ser muuuuuuuuuuy ordenado.