¿Y si se abre una hendidura de repente en el continuo de la existencia?, ¿una herida? La sutura no deja las cosas iguales. Algo se tiene que ir, algo tiene que ser desplazado para salvar el peligro. Porque uno no se queda tranquilo cuando de repente le pasa eso, cuando la tranquilidad habitual se le ve trastornada por los problemas que se conjugan, que se alían entre ellos, o por los nuevos que llegan de refuerzo.

Por mí que se fuera la sociedad entera si es necesario. Que no me acosen más, que no jodan. No tengo que ser tal o cual cosa porque la mayoría lo cree. ¿Qué autoridad tiene la mayoría para decidir lo que uno debe o no debe hacer? ¿Voy a salir de la cárcel que hizo la presión familiar para meterme en otra más grande? Primero muerto. El que diga quererme o estimarme en algo, que no me presione, que yo procuro no presionar a la gente, porque entiendo: cuando uno tiene problemas lo que menos necesita es que lo presionen. Voy a andar a pie así haya hordas enteras de bicicletas en el campus; voy a buscar consejo donde sienta que es mejor buscarlo; podré pasarme la vida entera sin coger el volante de un carro. Los que puedan entender, entenderán y los amaré por eso. El resto púdrase.