Shaikai

lunes, diciembre 05, 2005

Recordando a Japón

Hace muy poco el Sr. Guillot hablaba de algunas particularidades que había visto de Alemania. En especial me llamó la atención eso de los granjeros que venden su mercancía confiando en la buena fe del que va pasando por el camino y pagando según lo que crea justo. Como estos días he estado volviendo al estudio del japonés, lo que inevitablemente significa un repaso por su cultura, terminé pensando en esas curiosidades que hacen a Japón un país particular, esas cosillas que no se ven en otra parte (o al menos eso creo). Es bien sabido que allí abunda la tecnología y se conservan algunas costumbres tradicionales; pero detallemos un poco, siguiendo la cuerda del Sr. Guillot:
* No ve uno ni en Osaka, ni en Tokyo, ni en Hiroshima, ni siquiera en Kyoto, una sola tienda de al menos dos pisos que no tenga escalera. Y siempre tienen puerta automática. Fue curioso ver cómo un peatón intentaba entrar a una tienda con puerta ordinaria. Primero se detuvo como a diez centímetros de ella, notando que no se abría; luego, como para ver si le funcionaba, la tocaba por la parte de la manija (que es lo que uno hace si una puerta automática no le abre al principio); una vez que hubo descartado esas dos opciones se decidió a halar. Estarán tan acostumbrados...
* Para el que ha visto manga o anime alguna vez en la vida, se imaginará lo que voy a decir. No sólo se ve manga en abundancia por tiendas de revistas (y de todos los estilos), sino que también pintan muñequitos para poner en publicidad, botellas de bebidas, portadas, avisos... Viviendo en Japón, uno a veces podría pensar que se encuentra en un país para niños.
* Indigentes con walkman. Y vieran lo bonitos que eran. Vivían en cajas de cartón pero tenían unos walkman que bien servirían en Bogotá para chicanear en una fiesta de barrio. Es más, hace algunos meses leí un artículo en El Tiempo según el cual los indigentes de Japón lo son por voluntad propia. ¡Habráse visto! Prácticamente todos son hombres adultos y han optado por la vida errabunda por considerar que se convirtieron en una vergüenza para sus familias o para no ser una carga.
* Uno ve los libros de texto de japonés y hay cosas como "se demora 10 minutos a pie hasta la estación" (jp: "eki made 10pun kakarimasu"). Y uno piensa que en realidad son meros ejemplos pedagógicos, que esas cosas no se ven. Qué sorpresa encontrarse pasando un puente peatonal en la bahía de Tokyo y leer en el techo un aviso que dice algo así como: "eki made 4bun" ("4 minutos para llegar a la estación"). Opté por creerle un poco más a los libros de texto.
* Una de las curiosidades de Japón que más llama la atención de los extranjeros es la cantidad de botones que tienen los inodoros. Uno se pregunta para qué todo eso. En una oportunidad observé que uno de los botones tenía esta forma:

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Y la verdad no me atreví a averiguar.
Pero además hay unos inodoros empotrados en el suelo y con unas agarraderas para las manos. Por raros que parezcan, tienen la ventaja de que no hay que entrar en contacto con el borde.
* El shinkansen o tren bala: Eso sí que es único en el mundo. Pero en Japón se da en abundancia. Los trenes shinkansen sirven para comunicar a las grandes ciudades de la isla de Honshu, la más grande del archipiélago japonés. Según la Encarta alcanzan velocidades de máximo 225 km/h (pero se ha llegado hasta 517 km/h, en pruebas supongo). Son trenes de levitación magnética, es decir, el tren levita sobre un riel imantado. En Alemania también ha habido investigación al respecto y se montó una línea entre dos ciudades (ojalá el Sr. Guillot nos diga cómo va la cosa). Pero fue en Japón donde se utilizaron superconductores como medio entre el tren y el riel, pues en contacto directo los dos generan un gigantesco gasto de energía y además no permiten mucha maniobrabilidad. Pero los superconductores solucionaron eso y permitieron la generación de una red completa de transporte intermunicipal.
* Por si no creen que a veces (aunque a veces) pasa gente por la calle en kimono, sí pasa. Los japoneses conservan sus vestiduras tradicionales para ocasiones o ceremonias especiales.

La verdad que hay mucho que contar, pero no es fácil. Uno presumiría que algunas peculiaridades también se dan en algunos otros países. No sé, por ejemplo, si en otro lugar del mundo puede uno conseguir un almuerzo completo empacados que se venden como cualquier paquete de chitos o algo así. Pero la historia sí que les ha legado a los japoneses bastantes herencias culturales, como los palillos (que también se usan en otros países de Asia), los templos budistas y sintoístas, las casas con paredes de papel, los jardines Zen, el bonsai, la ceremonia del te, la particular forma como se adoptó la escritura china... Cuando miro las fotos (que espero digitalizar algún día) me acuerdo y hasta añoro los días pasados al otro lado del océano, que, aunque no fueron muchos, sí que valieron la pena minuto a minuto. Quisiera volver, pero esta vez por un buen rato.