Shaikai

viernes, junio 04, 2004

God's sake

Una amiga está tomando un diplomado en teología. Apenas anoche me reveló una de las enseñanzas que el curso le había prodigado ese mismo día. Con gran sorpresa y satisfacción a la vez, me contó la causa de que el hombre hubiera cometido el pecado original. Resulta que, tal como reza en el Génesis, el árbol prohibido le daría a Adán el conocimiento del bien y del mal; la interpretación de esto es que lo pondría al nivel de un dios. El meollo del asunto está en que aquel hombre se vio movido por el deseo de ser Dios. El pecado original, el mismo origen del pecado todo, está en la pretensión humana de prescindir de Dios.

Cuando ella lo dijo, me sorprendí. Es increíble notar la coincidencia de fondo con la doctrina budista, que dice: la fuente de todo sufrimiento es pretender que uno tiene un yo completamente independiente de todo lo demás. En el taoísmo se predica algo análogo en relación con el Tao.

Como consecuencia, estas y otras religiones predican, según sea el caso, la obediencia a Dios, el reconocimiento de la vacuidad e impermanencia de todo lo que existe (incluido uno mismo) o la armonía con el Principio (digamos Tao) de las cosas. A mi juicio todas dicen lo mismo en el fondo, todas son manifestaciones de la sabiduría más excelente posible. Son meras palabras, pero cumplen la misión de señalar el camino hacia el conocimiento que otorga la auténtica libertad.